lunes, 27 de junio de 2022

Espíritu II: Koko Kikururo, Li el fuego, La Naturaleza






 IV     III     MMXXII




Segundo Espíritu “Koko Kikururo”

 


 La noche en que descendería del cielo, la luna llena lucía colosal, la quietud permitía oír los pétalos de los cerezos caer. Cuando venía descendiendo las grullas fueron a recibirla volando a su alrededor. El espíritu de la belleza determinó que el segundo espíritu que iría al mundo humano representaría a la Naturaleza. El trigrama natal de Koko Kikururo era Li, el fuego, la hermana del medio. La naturaleza es esencial para que exista equilibrio entre el mundo de los vivos y el mundo espiritual. Su propósito milenario ha sido ser el hogar de los seres vivos y por amor sacrificar su constitución para alimentar la vida del mundo. Mientras el espíritu iba convirtiéndose en humano la luna brillaba como mil soles. Cuando ya era semi humana dos orangutanes aparecieron y la cargaron con delicadeza hasta dejarla recostada sobre un hermoso altar de flores. Tras ella apareció su maestra “Li” montando un elefante tatuado que se reverenció para que se bajara de la espalda. Los dos orangutanes y el elefante se transformaron en los siguientes kanjis: “mamífero 哺乳”- “especies 種族” y los símbolos despegaron rápido hacia el cielo. Li se acercó a Koko y le tomó la mano para caminar juntas hacia el templo situado al medio de una isla de grullas. Cuando estaban adentro, Li salió al patio, mientras Koko se abanicaba y con el aire, afuera aparecieron árboles de exquisitas frutas. Li puso algunas en una canasta y se las llevó a Koko para cenar.

 A diferencia de Kiku Kokoruro, Koko había encarnado en una niña de once años, ya que al ir al mundo de los vivos no era aconsejable adoptar una forma humana no desarrollada como lo era un recién nacido, porque, la naturaleza ya debía entender las leyes del cielo al momento de habitar un cuerpo humano, no aprenderlas con la experiencia como ocurrió con Kiku Kokoruro, el espíritu de los vínculos humanos. Los vínculos humanos son un aprendizaje que inicia al nacer, la naturaleza existía desde mucho antes que los humanos.

 Mientras ambas comían frutas entraron dos grullas caminando. Hicieron una reverencia frente a Koko y Li y dejaron en el tatami dos huevos. Koko se puso a brincar sosteniendo los huevos en sus manos sabía que eran huevos de pavo real. Amaba sentarse a observarlos, dibujarlos y conversar con ellos. Las grullas se retiraron caminando hacia atrás y luego volaron hacia las montañas. Koko miró a Li y salieron al jardín. Afuera se sentaron, pusieron el libro en el suelo y empezaron a transcribir el canto de las flores. Koko sabía que las flores recién brotadas cantaban con un tono muy agudo y las flores secas con voz gastada. Li afinaba su koto mientras Koko escribía las partituras. Al cabo de unos minutos Li comenzó a tocar el koto y Koko cantaba junto a las flores, en ese momento los dos huevos eclosionaron y los pavos reales bailaron al son de la música. Koko gesticulaba con sus brazos y los pavos trataban de imitarla. De pronto uno de los pavos se acurrucó en el regazo de Koko y comenzó a llorar porque este mundo no era igual al mundo espiritual de donde provenían ellos. Koko sintió tristeza por primera vez y el cielo se volvió negro y retumbaron miles de rayos morados y rosados, luego empezó a nevar y luego todo se secó como en otoño y se quemó con un fuego plateado, después todo floreció y Koko limpiando las lágrimas de ambos, le dijo al pavo que disfrutara de este mundo que haría todo lo posible para hacerlo más bello, el pavo se levantó y siguió bailando al ritmo del koto. El primer y segundo poder espiritual eran: primero comunicarse con los animales y la flora, segundo, controlar los elementos y fenómenos climáticos.

 A diferencia de Kiku Kokoruro, Koko Kikururo al momento de encarnar ya conocía sus poderes espirituales, su tarea era comprender y adaptarse a la forma de vida de los humanos.


 Al tercer día de la llegada al mundo humano, salieron a pasear Koko y Li. Se subieron a un bote que era manejado por Koko que controlaba el flujo del agua. Iban pasando al costado de lo que antes había sido una pequeña selva, Koko vió a unas personas destruyendo lo que quedaba y sacó una mostacilla de su kimono que se convirtió en una semilla de loto que arrojó a la tierra y al instante germinó ramificándose con gran velocidad, nacieron miles de plantas y miles de árboles. Ese día Koko creó la Amazonia y a las personas destructoras las transformó en animales inmortales que serían los guardianes. Luego de esto regresaron al aposento. Al llegar Koko empezó a mezclar barro con polvos de flores y hierbas aromáticas. Con el barro especiado formó muchos animales de todo tipo y llamó a millares de grullas para que cada una transportara las figuras hasta la Amazonia. Koko subió al bote junto a Li acompañando a las grullas mientras volaban. Al llegar al Amazonia las aves soltaron las figuras de barro, Koko y Li oraron y todas cobraron vida. Koko invocó con su rezo un alma no humana que dividió en millares y cada figura de barro recibió un fragmento de alma y con esto la capacidad de reproducción. Este era su tercer poder: crear naturaleza y restaurar la que haya muerto. El cuarto poder era: volver fértil la tierra usando una flor de loto.



VII    III    MMXXII

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